El CERN anuncia el hallazgo de la más famosa partícula elemental de las últimas décadas, el bosón de Higgs
“Hemos alcanzado un hito en nuestra comprensión de la naturaleza”. Así
de claro lo ha dicho Rolf Heuer, director del Laboratorio Europeo de
Física de Partículas (CERN), junto a Ginebra. Y el hito es el bosón de
Higgs, la partícula elemental que los científicos llevaban buscando
décadas porque era la pieza que faltaba en la descripción científica de
cómo son y cómo funcionan las partículas que forman toda la materia
corriente, todo lo que vemos, es decir, el Modelo Estándar. El hallazgo
se ha producido en el gran acelerador del CERN, el LHC, o más
concretamente, en sus dos principales detectores, CMS y Atlas.
Los físicos han anunciado el hallazgo esta mañana en dos charlas
técnicas rodeadas de enorme expectación y celebradas con aplausos,
vítores y emoción en el auditorio del CERN. La presencia en la sala de
Peter Higgs, el físico en cuyo honor se bautizó la partícula, ha
conferido al acto un indudable elemento emotivo. “Estoy
extraordinariamente impresionado por lo que ustedes han conseguido. Mis
felicitaciones a todos los implicados en este increíble logro; es una
felicidad haberlo vivido”, ha dicho el veterano físico teórico de 83
años.
Los científicos, con la debida precisión, han explicado que han
encontrado una nueva partícula, un bosón, con masa en torno a 125-126
Gigaelectronvoltios (GeV) sin afirmar que se trate sin lugar a dudas del
Higgs predicho en el Modelo Estándar. Heuer lo ha dicho más claro:
“Como hombre de la calle diría que lo tenemos, el bosón de Higgs; como
científico tengo que decir que tenemos un bosón y ahora veremos de qué
bosón se trata”.
El Higgs es la partícula que completa el Modelo Estándar, la que
faltaba. El Modelo Estándar describe, con tremenda precisión, las
partículas elementales y las fuerzas de interacción entre ellas; es en
la física fundamental algo así como la Tabla de los Elementos en la
química. Pero tiene, o tenía, una ausencia importantísima al no poder
explicar por qué tienen masa las partículas que la tienen. La respuesta
se propuso hace medio siglo, de la mano del británico Higgs y otros
especialistas, con un mecanismo que explicaría el origen de la masa de
algunas partículas y que se manifestaría precisamente en una partícula
nueva, el llamado bosón de Higgs.
“Sin masa, el universo sería un lugar muy diferente”, explican los
científicos del CERN. “Por ejemplo, sin el electrón, no habría química,
ni biología ni personas. Además, el Sol brilla gracias a una delicada
interacción entre las fuerzas fundamentales de la naturaleza que no
funcionaría en absoluto si algunas de esas partículas no tuvieran masa”.
“Si el Higgs no existiera, usted no existiría”
La expectación era inmensa esta mañana alimentada por los rumores sobre
un posible descubrimiento que se habían difundido en las últimas
semanas. Si decenas de instituciones de todo el mundo participantes en
los experimentos del LHC estaban pendientes, vía Internet, de las
presentaciones de resultados, en el propio CERN el auditorio estaba ya
casi lleno una hora antes de comenzar la presentación de los resultados
por parte de los portavoces de Atlas y CMS, ambos experimentos con
nutrida participación de expertos de instituciones científicas
españolas.
Ha hablado primero Joe Incandela, portavoz de CMS, y se le notaba muy
nervioso, con la respiración entrecortada durante los tres cuartos de
hora en los que ha ido exponiendo los datos técnicos de los análisis. Su
conclusión: han encontrado un bosón de masa 125,3 GeV (+/- 0,6 GeV) con
una certeza de 4,9 sigma. Este es un indicador de la mínima
probabilidad de error. Aunque los físicos consideran que han de tener 5
sigma para cantar victoria, todo el mundo en la sala ha entendido que
ahí estaba el Higgs. Aplausos. Y 5 sigma, han explicado después los
investigadores, significa que la probabilidad de error es de una de un
millón.
EL PORQUÉ DE LA IMPORTANCIA DE LA PARTÍCULA DE HIGGS. / CERN
A continuación ha intervenido la italiana Fabiola Gianotti en nombre del
otro detector, Atlas, menos nerviosa que su colega pero igualmente
emocionada. Ha ido desgranando los datos y, cuando le han avisado de que
le quedaban solo siete minutos más de charla, ha afirmado: “Serán siete
minutos flexibles, seguro que no me cortan las últimas transparencias”.
Por supuesto que nadie la ha interrumpido. Su conclusión: Atlas tiene
la señal del nuevo bosón con una masa de 126,5 GeV a 5 sigmas. Aplauso
atronador y vítores. Los datos de los dos experimentos “son plenamente
compatibles”, ha apuntado Gianotti.
Ha sido un momento histórico. “Estoy realmente encantado con lo que se
ha presentado, tenemos un éxito, un descubrimiento”, ha dicho Heuer
después. “Lo que este bosón nos dice es que existe un cierto campo a
través del cual las partículas fundamentales, como los quarks, adquieren
masa por la interacción de esas partículas con el campo. Pero además,
este campo interacciona consigo mismo y produce el bosón de Higgs”. A la
pregunta de qué significado tiene el hallazgo, el director del CERN ha
sido contundente: “Si el Higgs no existiera, usted no existiría”.
Ese mecanismo de Higgs es algo tremendamente técnico, pero a lo largo de
los años se han propuesto numerosos paralelismos para aclararlo. Una de
las ideas más eficaces es la propuesta por el físico del CERN Gian
Francesco Giudice en su libro A Zeptospace Universe: las partículas
adquieren masa al interaccionar con el llamado campo de Higgs. Piense en
agua en la que nadan delfines y se bañan hipopótamos, dice Giudice;
para las partículas que no tienen masa, como el fotón, el agua es
totalmente transparente, como si no existiera, mientras que las que
tienen masa, pero poca, se deslizan fácilmente sin apenas interactuar
con el líquido, como los delfines. Las partículas masivas, como si
fueran hipopótamos, se mueven con dificultad en el agua. El campo de
Higgs, el agua en el símil, se expresa en determinadas condiciones como
una nueva partícula nueva, que es la que han encontrado ahora los
físicos del LHC.
Para lograrlo, los científicos han tenido que analizar billones de
colisiones de protones contra protones en el LHC, porque en esos choques
a altísima energía, muy de vez en cuando, puede generarse un bosón de
Higgs. Como es muy raro que se produzca, necesitan cantidades ingentes
de choques para obtener la señal suficientemente clara de que está ahí,
de que no ruido del experimento ni producto de los artefactos
estadísticos del experimento. En realidad, los físicos no ven el Higgs,
porque se desintegra inmediatamente, sino los productos de esa
desintegración, que son como su firma.
Incluso en momentos de emoción y alegría desbordada los científicos son
científicos y tanto Incandela, como Gianotti, como Heuer han sido muy
claros a la hora de valorar el hallazgo. Que hay una partícula nueva y
que se trata de un bosón está claro, a la vista de los datos. Pero ahora
hay que seguir investigando para conocer todas las características de
esa nueva partícula y poder afirmar sin lugar a dudas que se trata
efectivamente del bosón de Higgs predicho en el Modelo Estándar. Es como
ver la cara de un amigo en medio de una multitud; sí, parece tu amigo,
pero para estar seguro de que es él y no su hermano gemelo hay que tener
más datos. Gianotti ha pedido un poco de paciencia. En los próximos
meses, cuando se conozcan los detalles de la nueva partícula, se logrará
la respuesta definitiva.
Lo que está claro, han reiterado unos y otros en el CERN, es que este
descubrimiento no es una meta final, sino al contrario, el inicio de una
nueva etapa de exploración del universo en sus componentes más
elementales y las fuerzas que los rigen. Porque los físicos saben que el
Modelo Estándar, que con tanto éxito y tanta precisión describe la
materia corriente, no puede ser la respuesta final ni aún con el Higgs.
Gran parte del cosmos está hecho de algo totalmente desconocido, como la
materia oscura que los físicos del CERN también quieren explorar y a
cuya búsqueda no le quitan el ojo ni aún en plena cacería del Higgs, han
explicado Incandela y Gianotti. La renovada exploración del universo no
ha hecho más que empezar.
Los portavoces de Atlas y CMS se han deshecho en elogios del óptimo
rendimiento del LHC y de los dos gigantescos detectores, sin los cuales
este descubrimiento habría sido imposible, y del equipo de miles de
personas en cada uno que han volcado su talento, conocimiento y
entusiasmo en la investigación y el análisis de los datos. También el
avanzado sistema de computación distribuida GRID supone un ingrediente
clave del trabajo.
Fuente: http://sociedad.elpais.com
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